Piano

No hay tristeza más grande que la
que representa la
devolución insonora
tras la ejecución de una tecla de piano.
No hay ineficacia más triste
que la del martillo que se queda en el camino.
No hay frustración más terminal
que la de la rosca que se gasta y nos deja girando en falso,
inútiles,
intentando lograr estabilidad y unión.

cuando no hay sonido... y vos estallas por dentro,
no hay piano menos literal que el piano mismo,
que en lugar de armonías te devuelve silencios.

Esos silencios más dificiles
que cualquier obra literaria.
Esos silencios que no entendes
y mucho menos cuando tenés
el corazón inquieto,
y un vacío en el estómago
que te hace pensar que todo gira más rápido
de lo normal.
Que todo pesa un poco más en la habitación.


Eso no es piano.

NO-ES-PIANO!