With A Little Help From My Friends

lunes, 29 de diciembre de 2008

Aunque haga calor y algunas cosas te pesen dentro de la mente,
siempre hay un impulso superior, por sobre todas las cosas,
algo que a lo que no se dar nombre,
pero que empuja...
mastica sin morder...
apura y no atropella.

Generalmente va de la mano con las cosas que nos dan gusto.
Con un buen disco... probablemente el Sgt.Pepper's Lonely Hearts Club Band,
ese disco inmenso que nos exige descanso una vez terminada la escucha
por que ahoga de tan grande que es.
Porque te inunda de sensaciones de otro tiempo,
porque apreta el pecho a cada paso que da.
Ese disco inmenso de esos tiempos en que el arte
era maravilloso y también lo era el público.
Porque pasan los años y sigue siendo curioso y fresco,
porque los sonidos se entrelazan entre las voces y orquestas y guitarras y pianos
y el ritmo sosteniendo todos los respiros.
Porque llega Within You Without You y todos gracias a ese tema entendemos
que Harrison no jodía cuando experimentaba con sonidos hindues en Revolver.

Ese impulso superior va generalmente atado a hechos que nos fortifican
y muchas veces, en lo personal, siento que a veces nos alimentamos de nuestra propia energia y usamos un hecho particular como excusa para esa sensación de bienestar.
Excusas como:
Un mate bien cebado.
Un collar que te recuerda determinada situación de vacaciones...
Un anillo que casi perdes y ahora ni siquiera tenes en los dedos pero lo ves cada vez que abris el cajón.
Un pantalón que se rompió el día que te tiraste a empujar el buscapié dentro del área chica y metiste el gol del empate.
Los nenes. Los nenes cuando notas que aprenden y rien y no entienden nada y eso es genial... no entender nada. No sufrir nada. Llorar y dejar de llorar casi intuitivamente para recuperar el cariño del grande que siempre afloja.
Una foto. Una foto de la cámara a rollo que le sacaste a tu perro cuando recién llegaba y vos lo odiabas porque venía a "reemplazar" a tu otro perro que se había muerto, entonces lo culpabas al pobre cachorro porque te parecía que nada podía ser más hermoso que aquel anterior, que se había ido y vos eras chico y no entendías y llorabas y aprendías a odiar a Dios por un rato.
Un recuerdo, básicamente un recuerdo de algo hermoso, o algo triste que superaste y ahora vas caminando y recordando como si fueras mucho más superior que lo que eras en aquel entonces. Y gracias a Dios que todavía podés sonreír.
Gracias a Dios que tenés memoria y podes gozar de tu glorioso presente,
del viento que respiras cuando llegas amanecido a la última esquina antes de tu casa
y ya estás pensando en tu cama, o en permanecer despierto hasta la noche en caso
que el cuerpo esté de acuerdo!
Una guitarra. Una canción. Una buena ejecución del tema que compusiste y te tiene entusiasmado porque componer y estar inspirado es tanto como estar enamorado y concentrar toda la energía en el sentimiento intenso de la vida y despreocuparse... o preocuparse peor y tener miedo.
Tener miedo.
Tener frio y miedo y sentirse solo. A veces también eso nos lleva a sonreír y a cobrar fuerzas y a pensar... "MIERDA! Que tengo que estar así a esta edad! A mover el culo!"
y te levantás con ganas de no sentirte tan solo y te juntas con gente o con discos o con mascotas y todo es una excusa para decir que "quien-sabe-que" te puso de buen humor.
Creo que la solución está en poner siempre una excusa para ponerse mejor.

"Estoy arreglando un agujero en el que la lluvia se filtra,
así dejo de preguntarme hacia donde va"

:)

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