La ignorancia del sentimiento es peor que cualquier enfrentamiento bélico...

martes, 3 de junio de 2008

Los impulsos desesperados,
los insultos verbales e ironías,
las quejas continuas y la energía negativa en el respirar
pueden autodestruir vínculos fuertes e incluso a un grupo entero,
o por lo menos a una de sus partes...
los daños causados pueden ser irreparables
si todos jugamos el mismo papel de
"te ataco porque es más fácil que abrazarte"

Y yo sé, sí.
Sé que algo está pasando
pero no sé que es
ni porque
ni mucho menos como arreglarlo.

Ciertamente pueden juzgarme cualquier "pérdida del tiempo", "desencuentro con la realidad", e incluso la "intencionalidad de actos perjudiciales al entorno".
Pueden juzgarme todo aquello que quieran juzgar porque no vine a este mundo a demostrarme perfecto o imprescindible, ni menos que eso tampoco.

Ni siquiera me puse a pensar que hago en este lugar y si bien me detuve varios minutos en el autocuestionamiento de mis actos y en la incertidumbre de mi futuro,
llegue a sentir que hasta eso es en vano.
Más en vano aún se ha vuelto cuando encontré fuera de esta burbuja una razón o dos para seguir adelante y ya no me importa perder la guerra... que me griten "pecho frío" o que sepan que estoy débil. Negar esos hechos carece de sentido.

Y más aún carece de sentido cuando cada uno de estos soldados habla un idioma diferente, maneja códigos que distan millas entre sí, y encima pretenden entenderse tratando de imponer su discurso, sus ideales y modos a la fuerza... a lo animal.
Este campo de batalla está tan gris, desolado y aburrido que cualquier otro paísaje se vuelve maravilla.
Esta monotonía de ataques irracionales es apestosa.

Por eso entre otras cosas, a cada segundo que pasa
crecen mis ganas de irme a la mierda...
viajar,
caminar sin mirar,
quedarme sentado en cualquier lugar
sin miedo ni necesidad de entender nada,
pensar todo el universo en un minuto
o no pensar nada en una semana.
Ser libre,
ser un poco más yo mismo...
dejar de ser alguien en caso de no querer serlo.
Fumar marihuana,
fumar cigarrillos,
dejar de hacerlo.
Dejar de tocar la guitarra para aprender a pintar
y volver a componer meses después.
Dejar de creer,
creer en algo nuevo.
Inventarme otra realidad.
Volver esos pasos.
Actuar sin sentido,
para ser héroe del "sentidismo" más adelante.

Irme al lugar en que los abrazos sobren
y las miradas sean intensas
y los besos suficientes
y los diálogos esten nutridos de pasajes que den sonrisas
y que todo valga la pena para quedarse ahí.

Irme al lugar donde el límite entre la muerte y la resurrección se haya vuelto canción.

Irme al lugar donde el río baña las superficies rocosas y fluye a tempo con mi sangre viajando por las venas.



San Marcos Sierras te extraño tanto...


1 comentarios:

ta dijo...

te puedo acompañar?
en este momento no me parece nada mas fantastico q eso

beso biga