Cuaderno Azul

lunes, 7 de julio de 2008

Cada uno de mis textos, cada una de las palabras derramadas entre la hoja y la lluvia sobre el cuaderno azul, cada abuso de un término en particular y cada intención a la hora de redactar son para mi como una especie de liberación.

Escribir se me ha vuelto casi como componer una banda de sonido imaginaria para una secuencia de escenas de películas de color sepia.

Casi puedo imaginarme las fotos viejas ligadas a palabras que intentan ensamblarse a melodías interiores de mis mayores influencias.
Al silbido de John en "Jealous guy",
a los tambores de Ringo y a la Rickenbacker en "The weight of the world",
al piano de McCartney con ascensos semitonales durante la intro de "Maybe I'm amazed"
y a la stratocaster psicodélica (Rocky!) de Harrison durante el rodaje de "Magical Mistery Tour".

Esas son las imágenes que mi corto cinematográfico imaginario me puso de presentación.
Me llegaron como acompañando una historia paralela de abrazos tibios aliviando el frío de las manos y cada mancha interior.

Cada uno de los sonidos es un recuerdo. Una "imágen-retro" traída quien sabe de que lugar, pero intencionalmente al nivel de consciencia... a la mente.
Porque de eso se trata extrañar y silbar "Jealous guy".
De soñar con el pasado y tragarse el dolor y silbarlo después hasta emocionarse y llorar.

Eso es nostalgia y ganas de volver a tomarse el bondi, para encontrarse otra vez con aquella situación 100% paz interior de guitarras y canciones regaladas con la más pura timidez del alma.
Y también lo es el temblor de mi voz al cantar una frase nueva para que ella la descubra,
o quedarse callado a hablar con el idioma de los besos, las caricias y las miradas.
A escuchar cada detalle atentamente bajo la lluvia, porque las historias llovidas me fascinan.
Porque los sonidos de la naturaleza a su cercanía se vuelven tres veces más armónicos y suaves.
Porque me encanta mirar como se le llena la nariz de gotitas de a poco y se deslizan por su silueta en perfecto contraste con la niebla del fondo.
Y la lluvia...
cuando entendemos a la lluvia, se vuelve lluvia que abraza.

Las ilusiones también llueven, se extinguen, se regeneran.
Y que nos mojemos!
Que nos mojemos y nos liberemos en cada silencio que eso también es canción!
Caminemos... corramos bajo esa lluvia y bajo el frío sin que nos importe!
Acorralados de nuestras prendas invernales y con la nariz al aire entre la capucha y la bufanda!
Cerremos los ojos al correr y pisemos cualquiera de los charcos!
Escribamos un mismo cuento simultáneamente en diferentes hojas y después intercambiemoslas.
Compartamos esas partituras hechas de palabras.
Vibrar esa mirada cómplice frente a un agente distractor externo es también como escribir estos textos.
Es como querer dar las gracias todo el tiempo o como escuchar a Donovan diciendo cosas inmensas como: "Mellow is the feeling that i get when i see her..."
o
"I want to hide a while behind your smile..."
o
"Love is only feeling, feeling for you..."
o
"You can have everything if you let yourself be..."
o
"Someone's singing and I think it's me..."

Y esas palabras dan más ganas de abrazar, cantar, correr, llorar, reír, recordar, sufrir, entender, querer, amar, sonreir, abrazar, gritar, mirar, ayudar, servir, saber, secuestrar, ensayar, poder, componer, escribir, escuchar, decir, aparecer, estar, quedarse, huir después y por eso de vivir también.